La palabra de Dios trabaja y nosotros somos los obreros que tenemos la responsabilidad de ponerla a trabajar.
Imaginate si alguien te da un martillo para que claves unos clavos. Pero, en vez de clavar con el martillo decides pintarlo y ponerlo de decoración en tu casa. Pues mucha gente hacen lo mismo con la Biblia. Se consiguen la Biblia más grande y adornada que puedan y la ponen de adorno en su sala en la mesita de centro. No les aprovecha en nada y solo sirve para colectar polvo.
La Palabra es viva y eficaz. En las manos y en la boca de un fiel obrero tiene mucho provecho para declarar por fe las cosas que no son como si fuesen. Tiene el poder de sanar, transformar y liberar. Tiene el poder de crear algo de la nada y solucionar problemas cuando todo se ve difícil e imposible. 2 Timoteo 2:15 dice:
“Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.”
Amada estás pasando por un problema y piensas que no tienes salida? Busca tu solución en la Biblia. Léela todos los días porque ella es sobrenatural y tiene tu respuesta sobrenatural. Aplica la palabra en toda área de tu vida y vivirás en la perfecta voluntad de Dios!