Confia en el poder del Señor y no en el tuyo.

Como pastora de una congregacion y directora del ministerio Reina en Ti, muchas son las llamadas/mensajes que yo recibo semanalmente pidiendo ayuda en oracion.  Cuando yo primero comence en estos puestos pensaba que YO tenia que resolver los problemas de la gente.  Con cada llamada mas cargada me sentia y cuando no veia resultados buenos aun MAS cargada me sentia.  Esto me llevo a sentirme fracasada como pastora y ministro.  La confianza que yo le puse al brazo de la carne me llevo a la depresion, al miedo y a la incertidumbre.  

Llego el dia en que Dios me libero completamente de los limites que yo misma estaba poniendo al poder de Dios. Hoy en dia sigo orando por muchas personas en mi congregacion, en mi comunidad y por todo el mundo pero los resultados son unos de victoria porque mi confianza esta puesta completamente en EL PODER DE DIOS Y NO EN MI.

Creo que ninguna de nosotras queremos que nuestro corazon se aparte del Señor pero es exactamente lo que ocurre cuando confiamos mas en nuestro poder o habilidad que en la de Dios. Mira lo que dice Jeremias 17:5-

Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová.

Cuando nosotras pensamos que podemos hacer las cosas con nuestro propio intelecto, nuestra propia carisma o talento, llegara el momento donde nuestro corazon piensa que no necesita la ayuda del Señor y en vez de depender en El en todo momento dependemos en nosotras mismas.  Esa actitud tarde o temprano nos llevara al fracaso y el fracaso nos hara sentir que no somos suficientes y nos dara MIEDO de seguir hacia adelante exitosamente. Todo porque pusimos nuestra confianza en el brazo de NUESTRA carne.  

Dios nos da muchos talentos pero ellos deben estar sujetos siempre al espiritu del Señor y nunca deben de tomar el primer lugar cuando es tiempo de resolver un problema.  El es nuestra respuesta en momentos dificiles y en momentos de gran desafios.  Recordemos siempre que aparte de Jesus nada podemos hacer.  NADA. 

Con mucho amor, Pastora Hazael

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